Cuando Apple™ presentó oficialmente el Apple™ Watch, algunas compañías relojeras tradicionales, como Swiss, pusieron el grito en el cielo afirmando que como Apple™ se había metido en un terreno del que no tenía ningún conocimiento. Obviamente estaban reconociendo que el Apple™ Watch era un producto redondeado y que tarde u temprano les afectaría.
4 años han tenido que pasar para que la fábrica relojera suiza vea como el Apple™ Watch se ha convertido en su primordial rival a batir. Durante 2019, Apple™ envío 30,7 millones de Apple™ Watch por los 21.1 millones de la fábrica relojera. Y esto solo es el principio, por que la querencia no tiene pinta de cambiar.
No tiene pinta de cambiar, porque cada vez es más general ver como los clientes de relojes tradicionales, están comenzado a adoptar los smartwatches(reloj) como reloj, reloj que además les propone alguna serie de funciones que jamás estarán utilizables en los relojes tradicionales. El Apple™ Watch es el ejemplo a seguir por todos los fabricantes, pero no el único que ha abierto la puerta a que la fábrica relojera suiza tenga que replantearse hacia donde orientar sus esfuerzos.
Si bien es cierto que algunas de estas compañías como TAG Heuer, Tissot y la propia Swiss han lanzado distintos prototipos gestionados por Wear OS, este no parece ser alguna opción cierta para los clientes que buscan un smartwatch tan completo, como puede ser el caso tanto del Apple™ Watch como de los prototipos que Samsung™ pone a vuestra disposición.
Según Strategy Analytics, los consumidores jóvenes están demandando relojes inteligentes que les ofrezcan más funciones que simplemente ver la hora, durante que los relojes tradicionales siguen siendo muy populares entre los clientes de mayor edad. Para justamente venir a este tipo de público, Apple™ introdujo el detector de caídas con el Series 4, detector de caídas que se encarga automáticamente de realizar alguna llamada a los servicios de emergencia cuando descubren un caída, valga la redundancia.
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